Orwell, oponiéndose a Stalin, crea una ficción donde los animales son los protagonistas principales, convirtiéndose en una feroz critica a los regímenes autoritarios y arbitrarios. La obra es una alegoría repleta de simbolismos a lo que en ése momento sucedía en el mundo con la Segunda Guerra Mundial. El autor decidió representar a cada nivel social con un determinado personaje en la granja, entre las clases representadas se encuentran: el proletariado ruso, la iglesia ortodoxa, los campesinos analfabetas, los intelectuales y la nobleza rusa.
Una lectura que, al contrario de las que nos tiene acostumbrado Orwell, lleva un vocabulario fácil. El autor forja una trama sencilla y la deriva hacia una perspectiva más critica y política. Utiliza demasiadas herramientas para captar la atención del lector que transforman a la obra en un texto importante a nivel literario e histórico.
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