Reseña: Noches blancas - Fiódor Dostoievsky.


  

Noches blancas - Fiódor Dostoievsky: Hablar de literatura rusa es hablar de Fiódor, un escritor colosal, casi inhumano. En ésta ocasión, el autor, se deja mostrar en una faceta mas personal, antagónico a sus grandes obras pero sin abandonar el estilo filosófico y existencial que lo caracterizó.

 Una breve historia repleta de poesía, amor, esperanza y desengaño. El constante detalle en las palabras del autor dejan una escena sombría volviendo al lector un testigo presencial de los sentimientos del héroe. 

 El autor describe al joven protagonista como un simple observador del paso del tiempo y su constante lucha con el estatismo. Los acontecimientos transcurren en San Petesburgo, ciudad que debido a su alta latitud, en los solsticios de verano las noches se atrasan y los crepúsculos se adelantan, dando como resultado una oscuridad que nunca es del todo completa dejando ver una alusión a por qué el estancamiento del personaje.  

 La novela se centra en la velocidad de los sucesos. Los cuales se realizan en cuatro noches culminando en una mañana, haciendo ésta la función de epilogo. Fiódor muestra sus grandes dotes de escritor sobrellevando la narración como un reflejo de los pormenores internos que acongojan al protagonista, he aquí lo colosal de la obra. Las cuatro noches son una demostración de la monotonía de la vida del héroe. Él empezará a soñar y a dejarse llevar por el amor sin percatarse que éste lo llevará a la ruina. Ésta mezcla de sentimientos da razón a por qué el autor, al final, no habla de una noche, sino de una mañana: una ambigua mañana donde se rescata el final de un ciclo de silencio y angustia y el comienzo de una vida donde vale la pena vivir si se amó en un instante.


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