Un mundo feliz - Aldous Huxley: Esta historia escrita en 1932 ilustra la contracara de una sociedad utópica. El autor nos relata un mundo donde la genética y el consumo excesivo son utilizados por el estado para el control de la sociedad y el condicionamiento de los individuos. Una dictadura disfrazada de democracia donde los esclavos, presos del placer y la comodidad, no intentan sublevarse.
Un mundo donde las enfermedades y la hambruna, al igual que las guerras, fueron erradicadas por avances tecnológicos inimaginables. Pero como consecuencia de esto el control social por parte del estado es tal que todas formas de expresión también han desaparecido. Todo aspecto esencialmente humano ha sido prohibido.
El autor despotrica contra el consumismo y una sociedad que sufría los presagios de una futura Segunda Guerra Mundial, mostrando un mundo con una población adormecida y controlada por el materialismo. El autor nos da indicios de éste contexto al nombrar los personajes de la historia: el dios Ford, Brand Marx y Lenina Crowne, son alusiones a el creador de las líneas de montaje, Henry Ford, Lenin, el líder de la unión soviética y el economista Karl Marx. Huxley, nos demuestra que estamos constantemente expuestos a mensajes políticos; entre ellas: el control de las masas, la censura y estratificación social.
La central reflexión que hallamos dentro de esta utopía es el existencialismo, así como la cuestión: ¿Es posible un mundo perfecto si erradicamos todo atisbo de humanidad? Puede que ser humanos sea la razón de nuestras imperfecciones, pero tal vez sea eso mismo lo que nos hace perfectos. Un mundo feliz se convierte en una paradójica representación de nuestra especie.
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