Escrito: Frecuencias

 Recorrí con la mirada su silueta y me dejé embellecer por cada rasgo de su piel. Olvidé cada atisbo de piedad y mis manos naufragaron en su cuerpo. 

 Supe ver complicidad en nuestra mirada una vez ya despojados de pudor. El aliento fue mi aliado al mostrarme el camino correcto.

 En cada gota de placer mi ser se hundía en la lujuria. Cada bocanada de aire alimentaba el vigor y el desorden de las sábanas.

 No reconocí el momento exacto en que la luz desapareció dándole paso al reconfortante fulgor que dejaban nuestros cuerpos fusionarse el uno con el otro.

 Volví en mí cuando ella emergió en las claras de luz y el contraste que dejaba colar la persiana. Pareciera que pasé todo éste tiempo ausente. No logré asimilar la situación y seguramente esquive las miradas cuando las dirija hacia mi. Se me acelerará el corazón y cada sentido será alterado por su voz. Odiaré no conocerla antes, al igual que cada segundo que esté lejos de ella.

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