Escrito: A contraluz.

  La ceguera me superó y supe predecir las quimeras que hoy saben atormentarme. El sábado amaneció nublado y nostálgico, una mala combinación para alguien que suele refugiarse entre ceniceros y melancolía.

 Hoy la ansiedad del camino por recorrer me consume. Mi alma, atestada de abrumadores pensamientos, pide clemencia y sucumbe a la oscuridad.

 Pierdo la cabeza cada vez que miro por la ventana. A contraluz juré olvidar cada uno de los recuerdos en los que habitas.

 El concreto de las paredes es tan gris que parece infinito. Me asfixio con el encierro pero tengo miedo de salir a buscarte. Mi única salvación es que el domingo traiga otro dilema. Yo solo pido ya no llorar más. 

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