Escrito: Hoy

 Esa noche miramos el cielo. Sin saber el nombre o la forma exacta contamos las estrellas de cada constelación y, al final de cada una, cruzábamos miradas; cómplices, pidiendo el uno al otro volver a comenzar después de un beso. Besos que terminaban en sonrisas: los mejores besos.
 Toque tu boca un instante y me fascinó lo carnosos que podrían llegar a parecer sus labios si los miraba con detenimiento. La noche hacía su magia y todo acto se empapaba de ternura.
 Ya no recuerdo como bautizamos a las estrellas mas brillantes o las constelaciones que ocupaban todo el firmamento, no recuerdo si estabas vestida o no, si era otoño o primavera o si solo era un sueño nada mas. Recuerdo sentir como el corazón se desbordaba de amor; como si me estuviera avisando que este era el lugar, que era con vos, con todas las estrellas de testigo.
 En un momento, el silencio se adueñó de la escena y una brisa hizo caer algunas hojas, todo era perfecto; tu sonrisa también.

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